Se trata del entendimiento de que la industria de la construcción puede tener impactos positivos y negativos en nuestro medioambiente y, si se planifica desde el proceso de diseño, construcción y operación, se podrán reducir los impactos negativos y potenciar los positivos.
Tomando las decisiones correctas durante cada etapa del proyecto, éste podrá tener un desempeño óptimo tanto en el manejo de recursos naturales como en la entrega de un ambiente saludable y beneficioso para sus ocupantes.
Estas estrategias ayudarán significativamente en la reducción de gastos de operación en climatización, consumo de agua e iluminación, salud y bienestar interior.
¡No necesariamente! En nuestros más de 10 años de experiencia, hemos verificado que si un proyecto incorpora el concepto de sustentabilidad en sus etapas más tempranas, habrá tiempo suficiente para evaluar decisiones de diseño, considerar diferentes productos y proveedores que lograrán alinear los objetivos con el presupuesto, e incluso hemos participado en casos que han visto reducidos sus costos en relación al presupuesto inicial producto de nuestras intervenciones.
Los resultados irán en relación a los objetivos que se hayan tomado para el proyecto. Desde poner foco en reducir los consumos de energía o agua potable, hasta mejorar las condiciones de confort interior o reducir los impactos medioambientales.
Independiente de los objetivos propuestos, el resultado será un proceso de diseño donde todos los profesionales involucrados trabajen en sintonía y comprometidas con obtener un mismo fin.
¿El resultado final? Un proyecto de alto desempeño, con una gran calidad de habitabilidad y máximo confort para sus ocupantes y con bajos costos operativos y menores impactos medioambientales.
Una certificación nos propone una metodología estandarizada de evaluación de los diferentes indicadores de sustentabilidad como base de comparación entre edificaciones. Los más comunes son el ahorro de energía, ahorro de agua, manejo de recursos y residuos, calidad del ambiente interior, conectividad del proyecto con su entorno, entre otros.
A su vez, al momento de comercializar un proyecto certificado, contamos con el respaldo de la institución promotora de la certificación, reconocida en el ámbito inmobiliario y por los potenciales compradores, que avala los indicadores de desempeño de nuestro proyecto. Esto significa un gran diferenciador que asegura calidad y eficiencia, posicionandolo por sobre el resto de la oferta. Por otro lado, en muchos lugares existen incentivos tanto normativos como financieros asociados a proyectos certificados.
Hoy en día existen varias opciones, tanto internacionales como nacionales, para diferentes tipologías de proyectos. Determinar la correcta dependerá de diversos factores, tales como; público objetivo, destino de la edificación (oficina, vivienda, educacional, salud, etc), ubicación geográfica, presupuesto y tipo de administración que tendrá el proyecto (propia, venta o renta).
Definiendo estas variables, se podrán acotar las opciones para elegir la certificación más adecuada. Pero no se preocupe, lo decidimos en conjunto.